sábado, 8 de septiembre de 2012

Detras de esa máscara

En busca del verdadero yo





La palabra persona viene del latín persona ,o sea máscara usada por un actor de la antiguedad clásica para desarrollar un personaje

La personalidad como palabra sin embargo podria ser malentendida según el significado original de esta palabra; puesto que sería como la máscara que usamos para mostrarnos ante los demás .

Es indudable que la sociedad que nos rodea y nosotros mismos mentimos.... a menudo unos más que otros,y en mayor o menor gravedad.

Los hay que lo hacen para llenar ese yo hinchado y excesivo.

Ese ego hinchado,que lo quiere todo para si , importandole poco o nada tener algo de empatía con quien les rodea, o sus consecuencias y daños a los demás.

Y que ese yo falso, por supuesto, no admite critica alguna sobre si mismo.

Se miente incluso, por cosas banales ... , o tambien se usa la más justificada .....la mentira piadosa .... que no es más que un intento la mayoría de las veces, de no complicar las cosas y liarla más gorda, con mayores perjuicios para quien te rodea.

Son mentiras al menos conscientes...El yo verdadero es otra cosa...el yo verdadero es enfrentarse a uno mismo, donde las mentiras valen poco o nada....sin ni siquiera los rodeos o escusas que se usarían para quedar bien ante testigos o una audiencia.

Sin embargo el yo falso, el egoismo sin medida , lo que llamamos soberbia, es la trampa más peligrosa de todas para el alma.

Es mentirse a si mismo.

Porque para el crecimiento ético interno del individuo, supone la paralización absoluta de nuestro crecimiento de cada día como seres humanos mejores, conectados con la divinidad, intentando dar o dando pasitos o zancadas, pero para adelante , para mejorar.

Un pasito para adelante y otro para atrás, nos deja en el mismo sitio.

Creo que la mentira en principio es el vehículo de todos los defectos y vicios peores.

El cristianismo clasifica a la perfección las peores faltas con la lista de los pecados capitales, pero si se examina bien la mentira es el el vehículo fluÍdo por el que circularían todos los pecados.

Pero el yo verdadero consiste en no mentirse a si mismo, quizás la tarea más difícil.

Ahí es donde empieza la batalla de un@ guerrer@ espiritual.

El yo verdadero es más difÍcil de buscar en nosotros mismos y encontrarle .

Solo el ser humano se miente a si mismo de la manera en que lo suele hacer, tan a menudo,...y más a menudo aún ocurre que, muchas personas ni siquiera lo saben.

Existe una autojustificación negativa para avanzar, a la que el dolor de admitirse imperfecto y con zonas oscuras en el alma, lleva a muchos a acogerse automática y blandamente. Hasta a veces se llega en ese proceso a negar que existe esa zona oscura, convirtiendo al individuo de in- moral,(que acepta una moralidad aunque no la cumpla), a a-moral (que no se plantea ni siquiera que esté perjudicando).

.Solo mira su orgullo y su ombligo. No le da para más.

Para ese ego falso, no se rompe regla alguna y las culpas propias se proyectan fuera como las patatas calientes .

De ejemplo, un par de automentiras frecuentes .

"Son los demás los que te obligan a ser así..." ..

"Todo el mundo lo hace... yo lo hago... "

(el que hagan daño ellos, les justifica su propio mal sembrado ...)

Ese ego falso no admite en su casos graves, autoaplicarse las leyes éticas que aplicaría a los demás si le tocara a él la situación..., como si estuviera por encima de esas leyes .

Desaparece entonces cualquier planteamiento elevado de llegar a ser mejor. La persona se estanca como en un pantano.

Se convierte y actúa como una personalidad psicopática, que no es el psicópata asesino popularizado . Es aquella persona que en su forma de ser ,le importan tres pepinos los demás, o la gente que no le sigue su juego ......

Y además para colmo de males, le va desapareciendo hasta la nada, la sensación de remordimientos.

Es curioso indicar que esos perfiles de personalidad suelen ser escogidos para encarnar según nuestra sociedad a la gente de éxito. Por ejemplo para ser un tiburón de la bolsa o un típico “yupie” ejecutivo.

Nada menos que degradación, que se vende como éxito social .

El yo verdadero es consciente siempre de su imperfección. Es la verdadera humildad, no la falsa humildad o fariseísmo que hace de la persona un hipócrita.

Y para mí que no tiene nada que ver con humillación del ego equilibrado (y no hinchado), pues este necesita del amor propio y la autoestima para avanzar.

El yo verdadero se pregunta y se plantea siempre lo que es correcto o no .Es la conciencia cuando está viva.

El falso yo suelen ser, prejuicios, malos hábitos, ideas preconcebidas cómodas para el falso yo, y diversas trampas parecidas.

Máscaras aparentemente útiles para no enfrentarse a nuestra propia y temida parte oscura del alma... que sobre todo, odia el ser descubierta en público en su extrema fealdad y que lleva a la hipocresía. Pero es solo la apariencia de bondad mal imitada. Una mala máscara. Solo el autoengaño nos haría verlas válidas.

Es decir:

-No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.

Es de cajón. Se puede engañar a los demás una temporada, pero al final, una persona sin principios es una carga para cualquiera. "Ese va a lo suyo" -dirían los que le rodeasen y conociesen.

Y las mentiras tienen las patas muy cortas para quien sufra su egoísmo. Lo que se siembra se recoge...

-".....Ama al prójimo como a ti mismo" .

Buscar el verdadero yo, es una dedicación de años, un hábito de autoanálisis y meditación dentro de todos los planos: el físico, el mental, el emocional, y el espiritual pero el hábito, si se es consciente, se adquiere pronto y el proceso continua.

Y al verdadero yo, nos llevan las experiencias que experimentamos en el nivel físico, que nos proyectan en viajes de limpieza de nuestros actos y pensamientos un autoanálisis ético de nuestras verdaderas motivaciones en la mente ,el corazón ,y el alma .

Tampoco hace falta que declamemos y chillemos nuestros defectos, como en algunas religiones. Como si la divinidad estuviera sorda. Siempre será una imagen hacia la galería, y así la introspección y autocritica pierde fuerza. Ahí es donde entra el próposito de rectificar.

No se chilla el mal que hemos hecho para seguir en el mismo sitio. Se cambia. Esa es la mejor herramienta la transformación, la rectificación para la mejora espiritual humana .

Hay otro aspecto de la naturaleza del autoanálisis en la conciencia

Ser conscientes del mal que se siembra, saber lo que has hecho está bien… pero puede ser insuficiente. Es más interesante preguntarse:

-¿Por qué hiciste esto y no lo correcto? Sin mentiras a uno mismo y sin edulcorantes de cara a la galería, así saber tus verdaderas motivaciones.

Ahí es donde la persona misma se enfrenta al yo falso y se aparta la máscara para buscar el verdadero yo, como mirándose a un espejo

En ese porqué, está la clave para conocerse a si mismo.


En el clásico El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde, Dorian es un ejemplo de cómo partiendo de su narcisismo, (defecto del ego hinchado que no pareciera excesivamente un defecto de los peores ), convierte un joven inocente en un ser corrupto, llegando hasta el asesinato.

La poderosa imagen de que un retrato mágicamente, sea el depositario visual de su degradación moral mientras conserva su juventud eterna la apariencia ante los demás, es una clara metáfora.

Es el espejo de la degradación ética que es ese retrato que Dorian esconde, sobre todo a los demás,( curiosamente en una escondida habitación,) el que podría simbolizar ese yo verdadero que le muestra como es la verdadera fealdad de su alma.

El personaje al final no puede soportar verse en el cuadro, sobre todo cuando averigua de si mismo, que su único acto de supuesta rectificación en esa espiral de degradación ,en realidad …..no rectifica el retrato mostrándolo más hermoso

Pues el gesto de limitarse a hacer lo que debía y dejar intacta la virtud de Hetty, solo era motivado por el mismo narcisismo y vanidad que le había llevado a la corrupción,

por curiosidad de ver si el fenómeno de embellecimiento se manifestaba en el cuadro de su monstruosa imagen, y por búsqueda de nuevas sensaciones .

Su acción no es por un sincero arrepentimiento y rectificación. Su transformación hubiese ocurrido entregandose a la policía por el asesinato del autor del cuadro, al que culpa de los males que el mismo se propicia y ve en el retrato, como pasa con el falso yo, que acusa a los demás de faltas sin ver las propias.

Como si fuera el yo verdadero, la magia del cuadro no reflejó su acto su “generosidad” ante Hetty pues no era más que su deber moral, no le afearía pero tampoco le embellecería .

Y sus verdaderas motivaciones no tenian auténtica rectificación, ni transformación en su vida.

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